Martes, 03 de Julio de 2012 12:52
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Honduras | Mientras decenas de hondureños son víctimas de estafas y engaños de la denominada organización del 666, el Gobierno hondureño guarda silencio sobre las operaciones clandestinas de la secta Creciendo en Gracia en el país.
Ricardo Álvarez, alcalde de la capital, exigió el fin de semana la expulsión de los miembros de la secta que es dirigida por José Luis Miranda, quien aseguró a sus fieles que el pasado sábado se convertiría en inmortal y que el mundo se acabaría.
Esta falsa profecía mantiene sumidos en la confusión a varios hondureños que han sido víctimas de quien afirma es el mismo “Jesucristo hombre” e incluso el “anticristo” al sostener que Jesús vino y se integró a él.
La secta ha continuado operando de manera clandestina en varias ciudades del país luego de que se ordenara el cierre de la organización que obliga a sus seguidores a tatuarse con el 666.Ayer se trató de obtener la reacción de Áfrico Madrid, ministro del Interior, para conocer las acciones que emprenderá el Gobierno ante la burla y engaño de esta organización, pero su asistente dijo que se encontraba en una reunión.
El alcalde urgió a la Secretaría de Interior investigar a través de la Dirección de Migración si existen extranjeros detrás de la secta en el país para que proceda a su inmediata expulsión.
Adoran al diablo
Álvarez sostuvo que no se puede permitir que malos pastores continúen engañando a los hondureños promoviendo adoraciones al diablo que representan apoyo a la corrupción, la muerte, violaciones y desigualdades.
Creciendo en Gracia es una secta que se denomina iglesia y que es dirigida a nivel internacional por José Luis Miranda.
Este hombre, de origen puertorriqueño, profesa que ni el pecado ni el diablo existen.
En Honduras funcionó una iglesia Creciendo en Gracia, pero fue cerrada por la Secretaría del Interior y ahora su feligresía se reúne de forma clandestina.
Líderes de la Iglesia Evangélica han hecho constantes llamados al Gobierno para regular este tipo de organizaciones.
Fuentes: La Prensa
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